El socialismo entre las venas.

Un pensamiento lleva a una acción; una acción a un hábito; un hábito a un carácter; y un carácter a un destino. En otras palabras y para no enredar la pita, el destino, según la sicología moderna está determinado en gran medida por el carácter de la persona. El carácter en correspondencia con esta acepción, viene siendo algo así como la suma de todos los hábitos positivos y negativos desarrollados durante la infancia y la vida.

Esto aplica a la mayoría de las personas, pero en el caso de los individuos que han nacido en un país comunista o socialista, estos hábitos se vuelven cruciales, para poder entender el comportamiento y por qué a nosotros los cubanos, para ponernos de conejillos de Indias, nos resulta tan difícil adaptarnos al desarrollo.

La mayoría de los cubanos nacimos en una sociedad marcada por la colectivización, las faltas de libertades y el miedo. Nuestros hábitos fueron definidos por la obligatoriedad de la adaptación a estas restricciones. El disimulo, la amoralidad, fueron muchos de los recursos que nuestros padres nos enseñaron, para no chocar contra las imposiciones del régimen. Como es obvio, la falta de libertades, el no apego a la ley, y el poco valor de la responsabilidad como forma de asumirse, nos hizo ver en la mentira una forma de supervivencia. Aprendimos a esconder nuestras opiniones, en vez de aprender a ser responsable de las mismas.

Los Estados Unidos como nación,( hago referencia a este país porque creo que es el territorio que más ha sufrido los embates de la inmigración cubana) ha establecido dos formas esenciales de ver la realidad, que a la mayoría de los cubanos nos resulta difícil de asimilar. Me refiero a la competitividad, y al apego a la ley y al orden. Y quiero comenzar por la segunda, porque precisamente es el des-apego a la ley, ( en el sentido de desconfianza hacia las mismas al verlas como inútiles) por parte de nosotros los cubanos, lo que nos ha traído muchos problemas. Es comprensible, porque vivimos en un país, en el que, por ejemplo, fue eliminado el habeas corpus desde el mismo inicio de la tragedia comunista;  un país en el que la Constitución y el derecho son letra muerta.

 Fidel Castro, siempre quiso que la izquierda internacional lo viera como un Robin Hood que robaba a los ricos para darle a los pobres. El Hombre Nuevo,  devino en la versión popular del " lámpara" que "lucha" para poder vivir bien, este último término que a las claras significa robar o pasar por encima de lo establecido. El lámpara se convirtió en un ideal, un personaje aceptado socialmente.

Es a esto a lo que conduce la izquierda. En los Estados Unidos, no se priva a nadie de nada. La persona puede elegir comprar lo que desee, siempre dentro de la ley y dentro de lo que se conoce como "competencia perfecta". No se puede llegar a la competencia perfecta violando las leyes, bajo ningún concepto. En Estados Unidos las libertades siempre ponen a prueba el nivel de responsabilidad del individuo. La botella wiskey esta allí, tu eres responsable de beber con medida y de lo que ocurra en caso contrario. Los comunistas te privan de la botella, es así que el individuo nunca pone a prueba su nivel de responsabilidad.

Bajo estos hábitos se desarrollaron nuestras personalidades, y ante una nueva circunstancia nos es difícil cambiar, hay algunos que tristemente, jamás lograrán hacerlo.

A veces hay cosas que no se pueden dejar a la conciencia de la persona. El reto es grande, pero una vez aquí, creo que nunca es tarde para intentar de nuevo.

José Rey Echenique.