martes, 26 de junio de 2018

El despertar de los Nicas





Mis amigos nicas están en la calle. Han dejado de ser hombres de vida ordinaria para llevar pasamontañas y enfrentarse a las fuerzas paramilitares del dictador Daniel Ortega. Mis amigos, de los cuales no he sabido más, están desperdigados dentro de esa multitud de jóvenes, que armados con palos y piedras se enfrentan día a día a los gendarmes de la dictadura sandinista.

Los conocí hace tres años, cuando salí de Cuba rumbo a Managua, escapando de la feroz dictadura de los Castros. A penas los vi me di cuenta de que eran valerosos y de que harían lo que fuera necesario para cambiar la vida. Porque de eso se trata todo: cambiar la vida.
No son las ideologías, no son los líderes, la única lealtad que existe, es la lealtad
a ser libre y a aspirar a la felicidad, bienestar económico, calidad de vida para nuestras sufridas familias. Este también es el deseo de mis amigos nicaragüenses. Querían lo mismo que yo,  ser libres y vencer el tremendo escollo que significa el subdesarrollo, esa mancha repulsiva que se expande por los pueblos de Centroamérica.

Lo que el pueblo entendió, no quieren comprenderlo las dictaduras del socialismo del siglo XXI. Daniel Ortega tampoco lo ha comprendido, como buen discípulo de los Castros, desentendiendose de todas las autoridades internacionales y dando la espalda a la Constitución. No dejan más vía que la rebelión de los jóvenes. La vida es breve, y nadie sabe cuando llegará el último capítulo de nuestra existencia, el sentido común indica que vale la pena intentarlo todo por vivir los días sobre la tierra con calidad y libertad. Las ideologías han muerto. La historia también como expresara Fukuyama. Pero los Castristas- maduristas- sandinistas quieren desentenderse de todo aquello que amenace su permanencia en el poder. Por eso no dejan oportunidad de diálogo,  todo diálogo cae en el vacío y no tienen la voluntad de cambiar las cosas.

Mis amigos están muriendo en Nicaragua, dando un ejemplo a todo el mundo de lo que es la dignidad. Es un ejemplo de resistencia para nuestro pueblo cubano. Los pueblos tienen que saber, cuándo es el momento propicio para cambiar la gorra por el pasa montaña, y que no es lamentable, ni mucho menos incivilizado, defender con palos y con piedras el derecho a ser libre, si es preciso. Confundir esto es renunciar al sentido de vivir, que es la libertad.

José Rey Echenique.

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