viernes, 2 de febrero de 2018

No es un suicidio más.





Las redes sociales han estallado. Las grandes cadenas de noticias también lo han incluido en sus titulares . El acontecimiento ha desatado no pocas dudas. La muerte del primogénito del dictador Castro, Fidel Ángel Castro Días- Balart que, según la prensa cubana, "atentó contra su vida" lanzándose desde el llamado edificio de la clínica de seguridad personal, ubicado en el  célebre reparto Kohly de la capital cubana, no ha sido un suicidio más.


 Yo lo llamaría un simbolismo de la decadencia del régimen y un síntoma indiscutible de sus luchas intestinas. La connotación que reviste es, presisamente, que no se trata de cualquier persona, si no del primogénito del Máximo Líder histórico, como suele llamarlo la retórica oficial.

Los suicidios en Cuba no son nada nuevo, no solo los que acontecen en las más altas esferas del poder, sino también a nivel de población. La pequeña isla en proporción, exhibe altas tasas de suicidios por cada 100 mil habitantes. Acorde con las estadísticas de la Organización Panamericana de la salud, ( OPS) en Cuba hay 16, 3 suicidios por cada 100 mil habitantes, el 71, 6 % de ellos por asfixia, ahorcamientos. Cuba es así, el país en Latinoamérica con la más alta tasa de suicidios.

Históricamente el suicidio o su intento, es un jinete del apocalipsis que ha influido en los destinos políticos de la nación. Los suicidios y los suicidados de la dictadura, forman parte de esa capa de misterio que ha generado el secretismo de esta sufrida y pequeña sociedad cerrada, gobernada por una dictadura por casi 60 años.

Habría que mencionar el suicidio de Haydee Santamaría, personaje de un gran protagonismo dentro de la alta élite comunista en Cuba; o  el de Nilsa Espín, cuñada del ahora jefe del régimen: Raúl Castro. Podríamos mencionar muchísimos ejemplos, pero no es mi propósito enumerar los descesos, que a lo largo de los años han acontecido en las entrañas de la inescrutable estructura de poder.

Las especulaciones son muchas y es obvio. Con semejante nombre y apellidos Fidel Castro , víspera de la tan anunciada renuncia al poder del dictador de turno, parece una trama de película hollywoodense. Qué hubiera sucedido si el occiso hubiese decidido poner su nombre en una boleta electoral? Dejemos esta interrogante como material de estudio.

Hay hechos que indican de que evidentemente está sucediendo dentro del poder en Cuba, un fenómeno que se conoce en Ciencias Políticas como cambio de lealtades. En Política, según los estudiosos, existen tres formas de lealtades: la que se da a través de las ideas; a través de la persona; o de los intereses.
Siguiendo esta línea de pensamiento, podríamos decir que la lealtad a las ideas, actualmente en Cuba ya no está presente, es imposible de ocultar la crisis ideológica que se percibe a simple vista en la sociedad y en la dirigencia del país, aunque pretendan esconderlo. La segunda, tampoco es notable.

Luego de la muerte de Fidel Castro, todo el mito cultivado durante décadas a través de la feroz propaganda del Partido Comunista, fue consumido. Los últimas energías mesiánicas de Fidel las usó Raúl Castro al asumir el poder, para lograr determinadas empatías con el pueblo, al cual en muy pocas ocasiones dirigió un discurso a todo lo largo de su vida.

Me atrevo a afirmar, que el cambio de lealtades se ha desplazado hacia el salvataje de los intereses. Sea, en lo que respecta a posiciones dentro del poder, o  a los bienes y finanzas que muchos quieren asegurar, en vista de las nuevas realidades. Raúl Castro, es un hombre de la tercera edad, enfundado en un descolorido uniforme que recuerda aún a la época de la Guerra Fría. Además, es un hombre enfermo, con una fortuna y una extensa familia que cuidar.

Los cambios de lealtades, cuando están inclinadas hacia la preservación de los intereses, suelen dejar muchos daños colaterales. La historia lo ha demostrado. Creo que los tiempos futuros en Cuba serán bastante convulsos.  Son otras las generaciones, muy diferente de aquellas que descendieron de las lomas con ansias justiciera y que sembraron el terror en una población de apenas 6 millones de habitantes.

La muerte del primogénito tal vez sea el inicio de un cambio y puede que ya al totalitarismo se le pueda ir asignando fecha de caducidad. Aunque, por si acaso, seguiré considerandome un optimista con paracaídas. El tiempo dictará la última sentencia.

José Rey Echenique.

4 comentarios:

  1. Cuando algo se repite 1000 veces auque sea mentira se convierte en una verdad. Me refiero al término comunismo. La élite dictatorial en Cuba se ha apropiado erróneamente de ese término. Carlos Marx, el principal ideólogo de la doctrina del comunismo lo definió como la etapa superior del desarrollo capitalista. No es posible que un país tan atrasado como Cuba entre en esa categoría. Lo que hay en Cuba en estos momentos se puede catalogar como caudillismo.

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  2. Si, coincido con usted. Muy buena observacion

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  3. También soy de la opinión de que entre mas se escriba de esa gentuza mas importancia se le da y mas áuge coge. Personalmente evito escribir sus nombres y publicar sus fotos. Tampoco leo nada que venga de esos innombrables. No puedo ocupar mi archivo biológico con semejantes alimañas. Esto me recuerda que Leonardo Davinsi era vegetariano y decía que no quería convertir su cuerpo en tumba de animales.

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  4. También es importante conocerlos, de lo contrario no se podría saber las próximas jugadas.

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Poner los pies en la tierra.

https://geni.us/1vwIfL Poner los pies en la tierra, porque luego de 60 años ya hemos visto con claridad la historia de injusticias ...