miércoles, 6 de noviembre de 2019

Poner los pies en la tierra.



Poner los pies en la tierra, porque luego de 60 años ya hemos visto con claridad la historia de injusticias que ha significado el castrismo. 

Las experiencias nos ha enseñado que con sanciones económicas no se sale de un régimen totalitario. No ha sucedido en los últimos tiempos, porque los regímenes como la dictadura de los Castros, son aliados de la miseria y usan la miseria como instrumento de control político. 

Los regímenes como el castrismo, están apoyados por una gran maquinaria propagandística. El mundo tiene que saber que solo a través de acciones militares se sale de una dictadura. El pueblo de Cuba está solo, y debilitado, por una larga lucha de desgaste, una lucha diaria por la supervivencia. No hacemos nada con dejarnos engañar. El mundo tiene que oír al pueblo de Cuba, y de esta experiencia entender que la libertad no se negocia en nombre de la igualdad. 

José Rey Echenique 




Like por todas partes.






¿Qué  hubiera sido, si nuestros ancestros literarios hubiesen conocido las redes sociales ? Me gusta imaginarme lo que hubiera sido o la historia que no fue. Si las redes sociales hubieran sido conocidas siglos atrás, el panorama de la literatura hubiera sido otro.

lunes, 30 de septiembre de 2019

El pesimismo, esa mala hierba sembrada en el corazón de los cubanos.



En Cuba se marchita la vida. Se ve a diario en las multitudes de cubanos sudorosos que hormiguean entre sus sucias calles. Es una existencia en la supervivencia, porque la mayor preocupación de los transeúntes es cómo garantizar las tres comidas básicas del día siguiente.

Si alguien tiene hijos, o ancianos como parte de la familia, el asunto se torna más difícil. Los cubanos se van marchitando poco a poco y no tienen esperanzas. Han decidido entregarse al escepticismo o a la superstición, para llenar un poco sus almas ya vapuleadas; otros, sencillamente, se entregan a religiones con un hambre de redención que a veces asusta.

Mi país, Cuba, no sabe cual será el destino. No hay indicios para fundar unas esperanzas más o menos sensatas. A veces desaparecen las prioridades, y lo único que impera es el choteo o el carnavalesco hábito de ignorarlo todo. “Que todo resbale, si total”. Dicen algunos. Pero la realidad está ahí, y es innegable, una realidad aburrida y grotesca, una lucha de desgaste que no conducirá a ninguna victoria de las que anuncia la prensa oficialista. Solo proclaman “Otro esfuerzo decisivo”, cuando arrecian las crisis y ya está.

La gente se pregunta para qué. Saben que sus abuelos fueron engañados por la propaganda y que ellos y sus hijos también han sido engañados.

El tiempo se ha detenido en todo. En cada esquina de Cuba se respira la tristeza. Los amigos de antes han perdido el brillo de sus pieles, y hablan con ruegos, como hablan los pobres, como pidiéndole permiso a las autoridades para vivir en este mundo, o se sintieran sospechosos de una extraña conspiración. Hablan en voz baja de la situación del país y dan la espalda cuando se menciona a los verdaderos culpables del dolor.

“Nadie se nos montará encima, sino doblamos la espalda” decía el Dr King. El pueblo de Cuba lleva 60 años doblando la espalda, y no se ha percatado de su verdadero poder. Pero la falta de fe ha ganado mucho espacio en el espíritu de cada persona, y como un virus se ha transmitido a las nuevas generaciones.

La gente de mi país está narcotizada por la resignación. No aceptan una opinión que les enseñe el mundo más allá de los estrictos límites de su redil. Se han creado su propio mundo de racionalizaciones y estas son para ellos su zona de confort.

Miedo a la libertad, miedo a tener miedo, miedo a que otros tengan razón y a que sesenta años de historias estén equivocados. Definitivamente, la realidad ha dictado sentencia.


José Rey Echenique

miércoles, 18 de septiembre de 2019

La poesía en el tiempo.









La poseía en el tiempo es su lugar. Si alguien dice 
que no hay lectores de poesía está errado. Hay lectores de poesía actuales pero muy pocos poemas actuales. 

La poesía ha perdido su espacio en el tiempo, porque no le hemos dado su verdadero lugar en el tiempo. La mayoría de los lectores de poesía siempre volvemos a los autores de antaño: Neruda, Vallejo, Borges, Lorca, Lezama, Elíseo Diego. ¿Por qué sucede esto? Sencillamente porque la poesía tiene que ser probada por el tiempo. La poesía es lo que sobrevive, incluso a quien la escribe. 

Pero los poetas de hoy hemos perdido la perspectiva y hemos olvidado algo simple: para escribir poesía hay que elevarse a ella, no pretender atraerla a nosotros. Hay que elevarse a la poesía a través de otros autores que ya fueron probados por el tiempo; a través de la filosofía, las artes, las religiones, las lecturas voraces. Pero es demasiado burdo pretender hacer descender a la poesía a nuestra vida común. Para eso está la prosa, donde puedes volcar la anécdota, y contar tus experiencias al mundo. Están las facturas, los recibos de compra, y tus conversaciones diarias en las redes sociales. 

La poesía no es eso, porque la poesía no es un inventario de objetos y paisajes, ni un collage en el que metas los restos de tu vida pasada, ni es siquiera una enumeración de sucesos. La poesía empieza a surgir cuando aparece la sensación aciaga de que el tiempo ha pasado, de que todo lo que tocas apenas dura y de esa fuente, brotará la desgarradura de tu ser contra el mundo, pretendiendo demorarlo todo, en un arrebato de eternidad. 

Entonces reescribirás tus poemas, una y otra vez y pasarán los años sin que los publiques y te sentirás más orgullo por escribir, que por publicar ; y así, poco a poco, el lector de poesía te descubrirá un día 
cualquiera; te apartará del mundo y entrarás definitivamente en la cofradía de los mejores. Aunque para esta fecha, amigo poeta, puede que ni siquiera existas. 

José Rey Echenique 


viernes, 16 de agosto de 2019

Castro no era un clon










A Agustín de Rojas, el escritor de El Publicano, y El año 200, lo conocí en Santa Clara allá por el 2002. Fue específicamente en la librería Pepe Medina de esa ciudad, en uno de los encuentros del Taller Literario del Escritor Alberto Sicilia, que más que un taller, era una escuela de formación, porque enseñaba desde  comer con cubiertos, hasta anudarse la corbata. 

En esa ocasión Agustín hablaba, si mal no recuerdo,  sobre el texto Epopeya de las comidas y bebidas  de Pablo de Rhoca, parte del libro Carta Magna. Años después de ese encuentro, volví a ver a Agustín en otros espacios de Ferias del Libro, siempre con efusión.  

Unos de estos momentos se me quedó para siempre en la memoria. Estábamos en un evento literario en la Biblioteca Provincial de Camagüey,  un evento para escritores de carácter nacional, que se realizaba o se realiza todos los años. 

Agustín se me acercó, quería que yo le resolviera un hospedaje mucho más cerca del centro de la ciudad, porque en el que se quedaría, estaba prácticamente en las periferias. 

Agustín estaba un poco molesto con la burocracia y me dijo algo que jamás olvidaré. 

_ Y lo peor de todo, Echenique, es que la gente no sabe que Fidel Castro es un clon. 

 A mí se me enfrió el alma cuando escuché aquello. Intenté reír, pero al buscar la mirada de Agustín, descubrí que en su rostro no habían indicios de sonrisas. Agustín, como buen novelista, podía  darle a cualquier cosa que decía una tremenda verosimilitud. Era un hombre de aspecto delgado, de estatura alta, y ademanes muy refinados, parecía salido de una novela rusa. 

_ ¿Cómo es eso Agustín? Ojalá no estés en lo cierto. Le respondí con cierta dosis de escepticismo.

Recuerdo que se mesó la barba cobriza y asintió con la cabeza, como si ya estuviese enterado de todo o  poseyera información clasificada al respecto. 

Desde ese día no lo volví a ver más. Agustín consiguió su ansiado hospedaje, y hoy me alegro de que sus palabras no estuvieran en lo cierto, de lo contrario qué hubiera sido de Cuba. Hoy Fidel Castro, el hombre que por mucho tiempo será recordado como el Máximo enlutador de la historia de Cuba, cumple otro aniversario de muerto. 

Austín de Rojas falleció en el 2011 en su ciudad natal Santa Clara y no pudo ver este momento, tan crucial para la salvación de nuestra pequeña patria.  Es lamentable. 

Siempre  consideré a Agustín un gran maestro de la ciencia ficción, sus libros lo atestiguan y todo lo que haya quedado a la voracidad de los biógrafos. Por mi parte, sé que  lo mejor de su pensamiento está en su obra, cuyas lecturas nunca dejarán de ser un secreto homenaje para mí. EPD


José Rey Echenique

Cristino es salvadoreño









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Cristino es salvadoreño. Lleva viviendo en Dallas alrededor de 40 años y es un hombre de mediana estura, delgado y muy cerca de cumplir 70 años. Cristino está jubilado, pero aún trabaja recogiendo los carros en el parking de un mercado hispano. Tiene tres hijas en Salvador, dos de ellas profesionales y una empleada y dedicada a una hermosa familia. Cristino se ha pasado toda la vida ayudándolas y de alguna forma ha cumplido su sueño de verlas realizada. 

Cristino está contento con Bukele, el recién electo presidente del Salvador que ha roto la tradición del Frente Farabundo Martí para la liberación Nacional y el Partido Arenas, determinando la política del país. Añade Cristino que Bukeke es joven, leído y que en pocos meses le ha traído cierta estabilidad a su país. 

Cada vez que encuentro a Cristino a la puerta del mercado hablamos de la política de nuestros sufridos países. Hoy habló de los Castros, dice que son malos y diablos, pinches descarados, que han durado tanto en el poder porque han tenido la inteligencia para no matar ningún gringo, que nunca le han hecho un daño real a los Estados Unidos. El día que le hagan algo a un gringo, hasta ese día durará la dictadura. 

De alguna manera Cristino tiene razón. El régimen de La Habana ha jugado con la cadena pero no con el mono, como se dice vulgarmente. 

Me gusta hablar con la gente sencilla y si se trata de una mirada foránea acerca de mi país, le presto mucha atención. 

Cristino se ha despedido como siempre. Un apretón de manos y ha vuelto a salir al bochorno del mediodía texano, para mover los carros de compra. 


Cuánto respeto siento por este señor, que representa la vida de la mayoría de los que hemos venido a esta gran nación.

José Rey Echenique 

jueves, 18 de julio de 2019

La ideología Micky Mouse




La ideología Micky Mouse. Sí, no es un error, usted acaba de leer perfectamente lo que he escrito. Se trata del nombre más acertado que he encontrado,  para describir lo que se conoce como contraideología, que viene siendo la ideología contraria a la ideología del poder dominante en un país.

En un pueblo condenado a la supervivencia por mandato oficial, como es el caso de Cuba, solo la ideología Micky Mouse, es la que debe adoptar la oposición.

El gran error de los grupos opositores en Cuba radica en hacer oposición con los mismos símbolos y creencias de la ideología en el poder. Los pueblos, condenados a un nivel de conciencia tan bajo como la supervivencia, carecen de sentido de pertenencia. En este nivel también se afecta el amor, la autoestima y el propósito en la vida. La ideología en el poder dominante trata, a través de la manipulación, de legitimar sus presupuestos y sistemas de ideas. La función de la oposición es todo lo contrario. La oposición no trata de manipular, sino de persuadir a la masa de pueblo.

En el caso de Cuba, la oposición precisamente está haciendo todo lo contrario, tal vez consciente o inconscientemente, pero al hacer uso de símbolos y creencias gastados y manidos por la dictadura, está provocando el rechazo de la población.

¿Qué significa todo esto? Significa que hay un desconocimiento de la realidad cubana, y este desconocimiento ha dado lugar a la adopción de estrategias y tácticas fallidas.

En supervivencia, un pueblo solo se moviliza mediante el interés y la esperanza de satisfacer sus necesidades racionales más inmediatas, lo que no sucede en sociedades abiertas y libres cuyos motivos son totalmente diferentes. Los Chinos y los Viernamitas se percataron de esto, por esa razón adoptaron la economía de mercado como motor y elemento esencial para mejorar el nivel de vida de los ciudadanos, no por buenos, sino para evitar el peligro de la contraideología.

La contraideología de la oposición debe estar encaminada hacia la exaltación de esa esperanza que mueve al pueblo en supervivencia. El ejemplo de Cuba lo demuestra. Los cubanos prefieren enfrentar el peligro del Estrecho de la Florida y los peligros de las fronteras de Centroamérica con tal de mejorar su estilo de vida. Todos sueñan con tener alimentos, ropas, zapatos, aireacondicionados, casas y poder tener dinero para ayudar a sus familiares en Cuba. Esta es la verdad y el motivo que los lleva enfrentar peligros. ¿No será este el motivo también que los lleve a enfrentar la dictadura? Nadie piensa  en división de poderes, en los derechos humanos, en elecciones libres, etc. Para un pueblo en supervivencia como el de Cuba, estos términos no significan nada, son meros tecnicismos, por lo que no impactan emocionalmente a la masa. Esta es la principal razón por la cual la oposición no logra persuadir al pueblo. La oposición cubana no tiene conexión con el pueblo simple de Cuba, no sabe hablarle a la masa.

La contraideología de la oposición tiene que estar encaminada en mostrarle al pueblo lo que puede llegar a ser Cuba, si grandes compañías como Walmart, Walgreens, y bancos como Bank of American, establecen sus sucursales en una Isla cómo Cuba. Esto es lo que quiere el pueblo de Cuba. La ideología Micky Mouse es, precisamente, la contraideología que solo puede hacer frente a la ideología dominante que por 60 años ha destruido el país.

Martí es un símbolo vencido imposible de resemantizar a corto plazo. Con estos símbolos la oposición no logrará persuadir a las masas. El error más grande de Radio Martí fue su nombre, lo digo sin ánimo de crítica mordaz.  La oposición tiene que mostrarle nuevas esperanzas al pueblo de Cuba, hay que enseñarle a través de imágenes lo que es el mundo fuera de las rígidas fronteras del archipiélago cubano. Solo así la gente se volcará a las calles en busca de su futuro dentro del país, como mismo lo hacen enfrentando los peligros de la emigración irregular por Centro AMERICA y el mundo.  Alguien tenía que decirlo y se dijo.

José Rey Echenique.

Poner los pies en la tierra.

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