sábado, 23 de diciembre de 2017

Cuándo volvera la noche buena?






Que mejor comienzo para un post, que un verso extraído de una canción muy popular cubana, donde se resume de manera jocosa, pero a la vez nostálgica, el sentir profundo de una nación.

Esta es otra de las prohibiciones tristemente célebres de la dictadura castrista: la supresión de la Navidad.  No es una originalidad del régimen de La Habana, tenemos que decir, más bien es una herencia, o un rasgo típico de las revoluciones. La Revolución Francesa de 1789 se caracterizó por el cambio de los nombres del calendario. Hizo un rechazo profundo a las tradiciones y celebraciones de carácter cristiano, y a su vez se encaminó a la creación de un hombre nuevo. El Emilio de Jean Jacques Rousseau (1712-1778) es una prueba de ello y encarna el espíritus de una época. La Revolución Francesa estableció una especie canon al cual han pretendido adaptarse no pocas tendencias revolucionarias y de izquierda.

En el caso de Cuba, la supresión y prohibición de la Navidad no fue un hecho aislado, sino una parte de esa tremenda ofensiva contra todo aquello que oliera a cristianismo, religión, o mundo espiritual. Las revoluciónes se disputan, recordemos, el cuerpo, la mente y el espíritus del ser humano. Esa es su máxima aspiración y solo cuando logran conquistarlo todo, es que concluyen esa macabra construcción del hombre nuevo.

En mi caso personal, mi padre siempre se preocupó por, al menos, armar un árbol de Navidad; sin embargo, esto no era una manifestación pública, sino algo muy privado que no podía trascender el ámbito familiar. 

Nuestra familia guardó, durante bastante tiempo, los santos de la iglesia del pequeño poblado de Lombillo. Luego del triunfo revolucionario la iglesia fue quemada. Los santos fueron rescatados milagrosanente y guardados en casa de una de mis tías. Más tarde fueron llevados hasta Esmeralda cuando la familia se mudó, otro pueblo pequeño, para finalmente ser devueltos a la iglesia católica.

En Esmeralda, para que se tenga una idea, la iglesia también fue profanada, me contaban, a tal punto que el cura que oficiaba  en esos momentos falleció. Las ordas castristas, sin una gota de piedad, defecaron encima del altar.

Recuerdo que en la escuela se decía, que el vino de culto que se daba en la iglesia por la comunión, era sangre humana. Por eso era frecuente, que muchos niños le temieran incluso a pasar por frente de la pequeña iglesia.

La revolución intolerante, con estas técnicas de terror, perseguía un alejamiento cada vez más acentuado entre el pueblo y la religión. Los primeros años de la revolución, los cuales no viví, fueron más cruentos. Las Navidades eran muy mal vistas y ese rechazo llegó hasta casi nuestros días.

La Navidad actualmente en Cuba no es una fiesta muy popular. El régimen impuso el 1 de enero, fecha del triunfo revolucionario, como una celebración sustituta. La tradición de Navidad fue desdibujada de la nación, y se le dio más importancia a la Noche Vieja, el 31 de diciembre. Al régimen le convenía esto, porque daba la sensación de que el pueblo esperaba el triunfo revolucionario con bombos y platillos. La propaganda de la dictadura le da más importancia al 1 de enero.

Muchos cubanos en cambio, no están familiarizados con personajes tan comunes en el mundo libre como Papa Noel, Cascanueces; no conocen las nueces, valga la redundancia; no sabrían cantar un Villancico, y no podrían sorprender a sus hijos con un regalo el Día de los Reyes; es difícil, incluso, comprar obsequios en Cuba, con la facilidad con la que muchos lo hacemos en el mundo libre.

Cuando les expliqué esto a algunos amigos extranjeros, no podían creerlo. La despersonalización del cubano, es uno los precios más terribles que tendrán que pagar las generaciones venideras en mi país.

Pero queda la esperanza de que algún día, no muy lejano, volverán la Noche buena, y el lechoncito. Para esto, definitivamente, nunca será demasiado tarde.
Feliz Navidad, Marry Christmass.

José Rey Echenique.

1 comentario:

  1. Te puedo decir que el caso cubano es mucho mas serio de lo que aparenta.La mayoría de las personas que se expresan en contra del régimen cubano lo hacen como haciendo una división errónea entre la élite castrista y el "oprimido pueblo". Debemos de aclarar que ese "oprimido pueblo" vive en una simbiosis con la élite. Mucha gente del pueblo no desean que eso cambie porque no les conviene. Recuerdo que en 1968 cuando la "Ofensiva Revolucionaria" contra la propiedad privada, la gran mayoría del pueblo se puso de parte del gobierno y en contra de los propietarios de los negocios. Simplemente porque esa mayoría no era emprendedora y siempre fue conformista.

    Con respecto a la religión, esa es una gabeta que mejor no abrirla porque tiene cucarachas. Para serte franco y con todo el respeto: las religiones han causado mas daño a la humanidad que eso que llaman comunismo.Porque con ese concepto del perdón de los pecados, los "fieles" van el domingo a comulgar a la iglesia para pecar de lunes a sábado a mas no poder(tremenda hipocresía) desde el Papa hasta el mas humilde de los creyentes.

    Es cierto que los políticos que os han tocado son un desastre; pero eso no significa que el resto del pueblo es santo.

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Poner los pies en la tierra.

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