domingo, 8 de octubre de 2017

El pan escazo que llena a las consignas.




No solo de pan vive el hombre. Es una de las grandes enseñanzas bíblicas.  Una respuesta contundente a aquellas tentaciones en las que fue probado Jesús  el Nazareno. Las enseñanzas bíblicas,  no sólo aplican al mundo espiritual,  sino también al mundo real y a otros campos como la política.  Es la enseñanza que muchos gobiernos no han aprendido  a la hora de tratar con las dictaduras de izquierdas y otras formas del totalitarismo.

Parece ser que las únicas sanciones posibles, antes las flagrantes violaciones de los derechos humanos que suelen cometer países dictatoriales, son las sanciones económicas.
Pero el tiempo ha demostrado que estas sanciones están  muy lejos de ser efectivas y la razón,  a mi juicio, es que los poderes dictatoriales se sustentan de las gratitudes colectivas, alimentadas por las propagandas que culpan a los ricos por ser, falsamente,  los causantes de las miserias del pueblo.

Las sanciones económicas, son utilizadas por las dictaduras de esta manera. Primero crean la miseria, como elemento de control. Los ideólogos de los regímenes totalitarios saben perfectamente que un pueblo vulnerado desde el punto de vista económico,  no tiene fuerzas para revelarse. De manera que los poderes de este tipo, no ven la miseria como un obstáculo sino como una oportunidad para el dominio total de las masas, restringiendo sus libertades, y aplicando la ley de la limosna: yo te doy y tu a cambio me devuelves gratitud.

En el caso de Cuba, que es el ejemplo que más conozco porque lo sufrí en carne propia, fue el embargo económico de los Estados Unidos hacia la Isla, lo que, de alguna forma, perpetuó a Fidel Castro en el poder. Toda la propaganda del PCC ( Partido Comunista de Cuba ) estaba encaminada a presentar a los Estados Unidos como un enemigo del pueblo, la causa fundamental de todos los males del país. Y ya sabemos que un mensaje propagandístico reiterado durante años, cala muy profundamente en la conciencia receptora del individuo. 

Para muchos en Cuba, Estados Unidos es un país  de gobiernos malvados que quieren lo peor para el pueblo de Cuba. Desde pequeños, todos los niños son adoctrinados con los fundamentos del comunismo y apoyados por una historia falseada y reescrita, por los grises burócratas del partido.

Para aquellos que nunca han vivido en un país de régimen totalitario, esto es incomprensible. Mucho más,  cuando se trata de una Isla a sólo noventa millas del país más desarrollado del mundo. Pero es real, a tal punto que muchos cubanos en el exterior, que escaparon del comunismo, no superan aun los fundamentos de aquella ideología, y continúan defendiéndola y tienen a Fidel como un hombre honesto que quiso lo mejor para el pueblo de Cuba. Fidel, se gastó millones de dólares, para mantener una propaganda que lo presentara ante su pueblo, como una especie de salvador. Mantuvo en secreto su privacidad, nunca mostró la primera dama, ni siquiera a sus hijos públicamente; así construyó su mito y mantuvo una inmensa fortuna,  oculta hasta el día de hoy, pese a la miseria del pueblo.

Con lo que no saben lidiar los países totalitarios de carácter comunista o de izquierda,  es con la libertad en todos sus aspectos y con la prosperidad económica. Carlos Marx siempre creyó que en la Alemania de su tiempo comenzaría la gran revolución del proletariado mundial. Pero no fue así, Carlos Marx no se percató de que con la aparición de la electricidad y su uso práctico, el desarrollo económico experimentaría un gran salto. Sucedió  que el estilo de vida del ciudadano común mejoró y la economía doméstica también y no hubo revolución ni siquiera nivel de barrio. No fue este el único factor que influyó, pero habría que decir que fue uno de los determinantes. De esto sacamos una moraleja: El pan escazo solo llena a las consignas que, en definitiva, con la reiteración de las mismas, años tras años terminan por echar raíces en la conciencia receptora del hombre común. La economía doméstica influye en los niveles de conciencia de la persona. Si usted no tiene comida para alimentar a sus hijos, difícilmente puede pensar en política;  su principal objetivo, y la actividad que más ocupará su tiempo, será la de buscar comida para llenar la alacena. Solo unos pocos elegido, violan esta ley de la supervivencia.

Las ideas comunistas y sus fundamentos se transforman, y el mundo no sabe como acabar con este lobo vestido de oveja que promete a las masas equidad sembrando la miseria, el luto y la destrucción de las familias por el mundo. La prueba está allí, en los más de doscientos años de experimento social de estas ideas, que no ha funcionado en ninguna mente sana. El tiempo lo ha dicho todo.

José Rey Echenique.



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